
A mí no me ha gustado tanto, simplemente lo he ido leyendo, bien, entretenido, una serie de sucesos situados en una época de las más ruines de la historia pero contados a través de una voz infantil, vale, muy curioso... Hasta que llegué a las últimas diez páginas.
Página 207: me empiezo a preocupar. Intento saber lo que me sigue contando más rápido de lo que me permiten mis ojos y tengo que volver una y otra vez hasta tranquilizarme y evocar toda la situación mentalmente.
Página 210: se me encoge el corazón con una impotencia tremenda o, más clarito, me acojono.
Página 213: me quedo con la boca abierta y me pongo a mirar por la ventana del tren alucinando con el desenlace.
Termino las cuatro páginas restantes y sigo mirando al exterior, a la neblina, al campo, con la mente todavía puesta en lo trágico del asunto.
No, no os leáis estas páginas. Empezadlo y aguantad. Disfrutad... Aunque igual un montón de vosotros ya se imaginaba lo que pasaría antes de llegar. Pero yo no. Y tal y como pensé nada más cerrar el libro, que fue exactamente la frase "me quedao muerta", os lo transcribo, que me moría de ganas de contarlo.
2 comentarios:
María, es alucinante saber que jóvenes como tú ,amen tanto el lenguaje, las letras,,,
gracias por tu recomendación
Felicidades por tu comentario del libro y por tu otro blog, impresionante.
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