martes, 28 de octubre de 2008

Cuestión de patines

Os presento un fin de semana perfecto.
Un fin de semana en el que nada más llegar hasta que me fui no dejé de sentirme animada y feliz con todo lo que hacía.

Un sábado en el que me levanté a las 6 de la mañana rumbo a Jerez con un sueño mortal que se me pasó al dormitar en el AVE Madrid-Sevilla. Como siempre, me monté en el primer vagón del regional Sevilla-Jerez, por lo que al llegar al destino volví a ver pasar a Ale a gran velocidad delante de mis ojos sin que advirtiera mi presencia pegada al cristal de la puerta y me recorrí los vagones hasta, por fin, llegar a él.
Pasamos por los gitanos. Un montón de bragas feas con carteles donde anunciaban 4 BRAGAS POR 5 EUROS 100% ALGODÓN. Y luego te pones a observar las etiquetas y ponen 95% de cualquier otro material. Para un jersey que vi sin mangas y me gustó, costaba 12 euros. ¡Te quiere i ya por ahí!

Después de comer tuvimos una tarde tranquila, propia de invierno (aunque hacía buen tiempo pero tampoco se nos ocurría mucho que hacer a las 5 de la tarde), escuchando musiquita, en especial Boards of Canada, electrónica. Ya os diré un par de nombres de canciones.
Alrededor de las siete tiramos para Hipercor a dar una vuelta y, ¿qué nos encontramos? Patines de oferta. ¿Nos los compramos? ¡La respuesta es sí!

Deseando estrenarlos, nos tiramos hasta las tres y pico de la mañana (hora cambiada) aprendiendo, dando nuestros primeros pasos sobre superficies brutalmente inestables. Pasamos por tres aparcamientos debido a las malas condiciones del primero, que apenas dejaba deslizarse, y porque en el segundo nos apagaran las luces, lo cual era bastante peligroso.
Evidentemente no sabemos patinar todavía, el domingo por la mañana seguían llevándonos los pies a nosotros en vez de nosotros a ellos, pero vamos mejorando, y tenemos un mono impresionante.

Me he saltado la cena del sábado: telepizza, para variar en las últimas dos o tres semanas. 2x1 familiar. Nos invitó a gran parte de la comida la abuela de Ale, toda amable ella, entre eso y que no fuimos al cine (¡dos fines de semana sin ir al cine!) nos salió bastante baratita la cosa.
Y nada, a holgazanear después de comer otra vez y para Sevilla por la tarde-noche.

Ha sido un finde muy sencillito, corto y realmente espectacular para mí. No puedo menos que sonreír de pensar que se puede repetir semana tras semana :).

Pd: nunca he aprendido a patinar porque me daba miedo y no me decidí nunca a comprarme patines y probar yo sola, para no caerme delante de la gente, que me echa mucho para atrás. Un sueño más se está cumpliendo :D.

viernes, 24 de octubre de 2008

Bienvenidos de nuevo

Shock. Impacto con la realidad.
Hace bastante que no escribo para la periodicidad con la que lo hacía antes pero no se preocupen, he vuelto, y la motivación que me ha traído hoy a volver a darle vida a este blog se basa en un cabreo.
Un cabreo brutal y profundo que no experimentaba desde hace muchísimo tiempo, años quizá.
Consiste en la impotencia que se siente al pensar, posteriormente a una situación, en lo que se podía haber dicho. En todo lo que se podía haber soltado por la boquita que se merecía esa o esas personas.
¿Por qué vengo con esto tan mosqueada? Porque me toca los cojones que la gente se meta en mi vida. Me toca muchísimo los cojones, no os hacéis una idea de cuánto me los toca.

Todo empezó con graciosos comentarios en mi presencia sobre mí. Luego notitas pilladas in fraganti escritas en mis propias narices que, curiosamente, también hablaban de mí (está claro que la gente no tiene mucho más tema de conversación que la vida de los demás). Finalmente, una frase dirigida en mi mismísima cara como un "zás, en toda la boca" que me ha terminado de fastidiar del todo. ¿Y qué he hecho? Pues, tal y como aparece en muchos libros, películas y demás, me he callado la boca como una puta.

Sí, es una entrada poco formal esta, pero me da igual, para algo es MI blog, es MI vida y son MIS ganas de redactar como me salga y soltar todos los tacos que me apetezca.

Conclusión: aquí estoy, muerta del asco conmigo misma porque, una vez más, como en los viejos tiempos, no dije lo que debía decir, sino que me quedé cohibida, sorprendida, como un pajarillo arrinconado en una esquina de su jaula con la garra del gato intentando pillarle.

A ver si la próxima vez soy un poco más Piolín y mando a tomar por culo al Silvestre de los huevos.


Bienvenidos de nuevo a mi mundo.