sábado, 9 de febrero de 2008

- Te propongo un trato...

... si te pones crema en las manos, te las besaré cada noche.
- Vale, lo haré.
- ¿De verdad? ¿Lo harás por mí?
- Claro, haría cualquier cosa por ti.
- ¿Y si yo no te dijera esto dejarías que siguieran sangrando eternamente entonces?
- ... No, para nada.
- Entonces, ¿necesitas que yo te motive para que te las cuides?
- Claro que no, yo sé cuidarme sola.
- Sin embargo, míratelas. ¿Por qué no le has puesto remedio ya?
- Yo qué sé, porque se me olvida, porque tengo otras cosas que hacer, porque tengo la cabeza en otra parte...
- ¿Y esas cosas acaso son más importantes que tu salud?
- Pues probablemente no, pero están ahí y me afectan.
- ¿Dejarías que te afectaran hasta el punto de quedarte sin manos?
- Por supuesto que no, antes mando todo lo demás a la mierda.
- Entonces empieza ahora a curártelas y a mandar a la mierda esas cosas antes de que se hagan monumentales y sea demasiado tarde para tus manos.

Y, dicho esto, se las besó con amor.

No hay comentarios: