sábado, 9 de febrero de 2008

Momentos y momentos

Madrugada entre viernes 8 y sábado 9 de febrero del 2008. Noche para recordar.
Lali, Maca, Noelia y yo salimos por Villa. Primera parada, bar un poco menos vacío que los demás. Bueno, por algo hay que empezar.

Segunda parada. El ambiente empieza a motivarse y, sinceramente, el alma de la fiesta éramos nosotras, anda que no le costaba nada a la gente arrancar, si sólo hay que dejarse llevar por la música.

Perdí la cuenta de las paradas pero eso es un escenario y ahí estuvimos las cuatro luciéndonos.


La cuestión es que el día menos pensado surge algo y se pasa bien, se pasa muy bien, se pasa vulgarmente llamado "de puta madre", y queda en el recuerdo, y se hacen fotos de paso.
Bueno, el día no, la noche, porque personalmente veo un poco difícil que uno mantenga el mismo estado de ánimo durante todo un día. No a causa de ninguna falta de estabilidad ni tampoco hablo de cambios bruscos, ya que cualquiera con las cosas medianamente claras se mantiene equilibrado durante 24 horas perfectamente (aunque duerma 8 o 9), pero es como un shock. Cambio de chip, ahora hago esto, luego lo otro. La predisposición, aunque influya, es independiente, no te vas a sentir igual durante todo el día, el ánimo sube y baja, se mantiene a duras penas mucho rato. A menos que no pares de hacer lo mismo, lo cual me parece bastante aburrido por mucho que te guste. De todo se cansa uno, hace falta variedad.
Volviendo al principio de el párrafo anterior, se pasa genial, ¿no? Pero luego vuelves. Ya te has despejado, ya toca enfrentarse de nuevo a la rutina. Y es en ella en la que hay que ir topándose con los momentos que te hacen feliz, porque por muy bien que te lo pases todas las noches de todos los fines de semana no se puede vivir de ello.
Ahí está la diferencia entre los momentos buenos y los momentos felices.
No se necesita una macro-juerga para ser feliz. Y esto no significa que no las haya vivido, es mi opinión, que creo más cierta que cualquier otra hasta que se me demuestre lo contrario.
¿Por qué todo esto? Porque al fin y al cabo cuando me he sentido feliz no ha sido pensando en esas noches, sino en cosas más rutinarias, más fáciles de conseguir y más lejos de ser vistas por todos los personajes que viven de momento en momento y no siempre.

Aún así, naturalmente la noche fue memorable y me vino perfecta para pasármelo de lujo con estas tres locas :).

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