miércoles, 9 de enero de 2008

Mente y Corazón

- No, así no va a estar bien. Así tampoco. ¿Qué pretendes intentando luchar contra mí? No puedes, yo te gobierno y te lidero, no puedes librarte de mí, me necesitas. - dijo la Mente.
- ¿Qué más da lo que digas, tus dudas, tus malpensares, tus imaginaciones negativas, cuando se sabe que todo está bien? ¿Por qué habría de hacerte caso? Eres tú la que se está dejando engatusar por la Inseguridad. - respondió el Corazón.
- Naturalmente que no. ¿Quién piensa aquí? Yo observo todo desde aquí arriba y soy la más adecuada para determinar la situación, bien alta.
- Sí, estás tan alta que sólo te da el frío invernal últimamente, paralizando tus sentidos. La calidez de la tranquilidad sólo la guardo yo, dispuesta a aniquilar tus divagaciones erróneas en un segundo, solo que no lo ves y sigues escondiéndote detrás de la cabeza de la pobre muchacha. Tanta inteligencia no sirve para nada si no se sabe controlar los impulsos que te rodean, te agobian y te llevan por sendas escabrosas, haciendo la vida imposible a tu portador.
- ... Claro que puedo controlar mis impulsos, para eso soy la Mente.
- Claro que a veces no puedes controlarlos, para eso me tienes a mí, para no olvidarte de quién eres y por qué estás aquí, luchando en este mundo: para ser feliz, que no te enteras por mucho que te lo grito con cada latido, fabulosa Mente. - culminó, satisfecho y con retintín, el Corazón.

1 comentario:

Lord Silas dijo...

Mucha fuerza cariño, mucha fuerza.
Cabeza fría y corazón caliente.

A tu lado siempre pase lo que pase.

Te Quiero, María