viernes, 28 de marzo de 2008

Semana Santa 2008

Antes de dejar correr los días por más tiempo, en esta foto se resume la semana pasada, mis 10 días de vacaciones. Por muchas nubes que puedan interponerse en mi camino, la luz del sol no deja de brillar por encima de ellas.

La imagen pertenece al sábado 22. Lucas, Javi, Irene, Ale y yo fuimos a Gibraltar. No, no vi los monos del peñón, no llegamos a subir por la sencilla razón de 8 imprevistas pounds. Nos bajamos donde pudimos y observamos África en la lejanía, en aquel horizonte donde apenas se distinguía la separación entre mar y cielo, teñidos de tonos grisáceos y azulados y acompañados de los brillos que pugnaban por salir de entre los resquicios de los nubarrones para decorar las aguas con sus sorprendentes destellos.

Como para todo el mundo, imagino, la Semana Santa se me ha hecho corta. Este año me llevo el mérito de haber visto un único paso, justo el que nos pilló de improviso a Ale (mi novio, por las dudas) y a mí después de una cena bastante agradable en familia. Bueno, con Mi familia, claro, jeje. Rememoré mis tardes jugando a la torre de Babel con mi padre y hermanos. ¿Por qué? Porque ahora es mi primita Marta la que la tiene, con muchos menos taquitos y sin dado.

Casi todas las noches íbamos al Café Arenal a tomar algo. Es el típico bar con buena música, acogedor y cuyo camarero ofrece una sonrisa a cada cual que le pide una copa.

No recomiendo No es país para viejos, la verdad... Por poco me duermo. Me pareció muy lenta y con poca acción para el tema que trata. Al menos me permitió conducir ida y vuelta al Área Sur, nuevo centro comercial de Jerez, para no perder la práctica.

Y una larga serie de simples detalles que hacen que unos pocos días merezcan muchísimo la pena...
Nada como las conversaciones y momentos compartidos con quienes más quiero, naturalmente, empezando por las reuniones con padres y hermanos, seguidas de las tardes en las que, por fin, podía abrazarme y tumbarme junto a la persona que más quiero.
Sin faltar el rato de la tetería de charloteo con un par de amigas, mis tradicionales desayunos de pan con filadelfia y la oportunidad de disfrutar de los primeros días de calor de este año (que no fueron muchos porque más que nada ha llovido y ha estado nublado pero bueno...), entre otros pequeños placeres de la vida.

Hasta la próxima.

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