jueves, 27 de marzo de 2008

Las tres personalidades del ser humano

Hoy, para retomar el blog después del periodo de descanso vacacional, voy a hablar de unos contenidos de Teoría de la Comunicación y de la información que tenía pendientes de contar: los tres estados de la personalidad humana.

El yo-niño: consiste en nuestra esperiencia sensible, todo lo que abarca el sentimiento que nos produce lo que nos rodea. Puede ser:
+ Libre, que se divide en:
- Espontáneo: dice claramente lo que piensa, se comporta de manera absolutamente natural y hace las cosas que cree que tiene que hacer.
- Loco: se diferencia del espontáneo en que es egoísta, solo busca cumplir su voluntad.
+ Adaptado, que se divide en:
- Sumiso: no tiene iniciativa ninguna ni más remedio que hacer lo que le dicen.
- Rebelde: a pesar de tener que cumplir con lo que le mandan, protesta.

El yo-padre: se trata de la asimilación de todas las normas, leyes y principios que se graba en los primeros 7 años de edad y suelen perdurar en la mentalidad de cada uno para toda la vida. Se divide en:
+ Crítico: dice lo que hay que hacer, valora, impone, emite juicios.
+ Nutricio: alimenta, apoya, anima.

El yo-adulto: es la toma de conciencia de sí mismo, el desarrollo de la capacidad de razonar, pensar y decidir, así como de cuestionar, seleccionar la información y forjarse una opinión propia.

Dejando de lado la teoría, se puede deducir que, como en muchas otras situaciones, lo idóneo es el equilibrio, la consonancia entre estas tres personalidades a lo largo de la gran variedad de circunstancias en las que nos vemos inmersos en la vida.
Unas veces actuaremos como el niño, exponiendo nuestros sentimientos y pensamientos claramente; como el padre, utilizando los conceptos aprendidos de pequeños y que permanecen e influyen en la forma de pensar; o como el adulto, tomando una actitud de independencia y de distanciamiento de la realidad para reflexionar sobre lo que ocurre.
Evidentemente, no es recomendable que uno se muestre siempre totalmente sentimental, normativo o reflexivo. Quizá el yo-adulto resulte el más atrayente de adquirir por su estabilidad y características propias de la madurez, pero eso privaría de la emoción y fuerza que nos proporciona el yo-niño o la exposición de la educación y la actitud protectora que ofrece el yo-padre.
Aún así, normalmente en cada persona predomina uno de los tres estados.

2 comentarios:

Lord Silas dijo...

Esperiencia no, experiencia.
Del latín "Experientia", de "Windows eXPerience" :p

Por muy bueno que parezca el equilibrio creo, sinceramente, que en un adulto debe predominar el "Yo-Adulto". Resulta un poco chocante ver a gente con cierta edad haciendo el payaso; y no lo digo porque alguien haga el payaso en un momento de diversión sino que con esa persona no se pueda mantener una conversación mínimamente trascendental por su comportamiento infantil.

Ahí queda mi opinión.

Muchos Besos, Princesa!
Te Quiero!

MOVISTARMAZATEPEC dijo...

Y CUANDO EN TU SER PREDOMINAN LOS TRES EN LA EDAD QUE SEA, QUE SE ACONSEJA, PORQUE NO TODOS NOS ACEPTAN POR SER COMO SOMOS, ENTIENDO AL NIÑO, ENTIENDO AL YO PADRE, QUE ES DIFICIL CUANDO ERES PADRE ENTENDERLO DE OTROS,Y ENTIENDO AL ADULTO. Y QUE AQUÍ NO PODEMOS MÁS QUE TRATAR DE SOBRELLEVAR SU ACTITUD YA QUE SON PERSONAS CON MUCHOS ESPEJOS